lunes, 23 de agosto de 2010

Alfredo's Barbacoa

¡Saludos de nuevo comilones!





Hoy he decidido volver a las hamburguesas con un restaurante mítico madrileño: Alfredo's Barbacoa. El nombre, original donde los haya, se debe a su fundador: Alfredo, que abrió sus puertas en la calle Lagasca en la época de mis padres (y probablemente la de los vuestros). Posteriormente decidió expandirse y colocar su segundo restaurante en la zona de Bernabéu. 

Y como de hamburguesas va la cosa, hay que probar las hamburguesas de Alfredo's al menos una vez en la vida, aunque sólo sea para decirle a vuestros hijos que allí comieron sus padres y abuelos. La carta es bastante clásica: queso, bacon, lechuga, tomate... Como mucho innova con la salsa barbacoa pero aun así merece la pena.

Las hamburguesas son hamburguesas en condiciones, no como esos trozos de carne raquíticos que se empeñan en servir en muchos restaurantes. Tengo que reconocer que la calidad es bastante buena y se nota el estilo americano en la cantidad y en el sabor (no os quedaréis con hambre).

Igual que os recomiendo las hamburguesas no os recomiendo los entrantes. Las alitas de pollo están hasta arriba de salsa barbacoa y me temo que el motivo es evitar saborear el pollo en sí; y para qué vamos a hablar de la ensalada de col y su delicioso aroma (más de uno pasó buena parte de la cena quejándose de la peste jajajaja).

Y ahora hablemos del servicio, porque en este caso no puedo pasarlo por alto. Esos camareros de los que presumen en la página web, esos a los que han enseñado personalmente el oficio y les han inculcado la dedicación y el saber hacer necesarios. Esos camareros tratan a los clientes de auténtica pena, al menos en el restaurante de Lagasca.

Me explico: si bien es cierto que para reservar hay que llamar con bastante antelación, una vez has conseguido sitio y te sientas, esos encantadores camareros te obligan a pedir. No les importa que falten dos personas a las que esperas, no importa que de esas personas que faltan una sea el cumpleañero y se le quiera dar una sorpresa, no importa que precisamente lleguen tarde para asegurarse de que todos estén dentro preparados para gritar "feliz cumpleaños". No. Lo único que importa en Alfredo's es que pidas y te vayas echando leches porque hay más clientes deseando engordar la caja registradora.

Y hablando de postres, como os imaginaréis no puedo decir mucho porque para cuando llegó el momento de tomar algo dulce ya nos estaban dando las correspondientes patadas en el trasero con dirección a la calle. Aun así pude probar el sorbete de limón y no está mal (aunque el personal lo amargase más de la cuenta).

Amabilidad de los camareros aparte, si queréis disfrutar de una buena hamburguesa aquí tenéis el link con más información:



Por cierto, no esperéis un restaurante glamuroso.

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo. El servicio fue malísimo. No solo tenían mucha prisa en que pidieramos y echarnos, sino que además tuvimos que pedir hasta tres veces que nos trajeran la bebida. Lamentable el servicio.

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