¡Buenos y soleados días comilones!
Igual cuando leais esta entrada ya no hace sol o es de noche, pero en todo caso vamos a iluminar un poco nuestra lista de restaurantes con un japo de chuparse los dedos: Miyama.
Si os decidís por visitarlo, tendréis que ir al Paseo de la Castellana número 45, entre las glorietas de Gregorio Marañón y Emilio Castelar.
El hecho de que hoy tenga unas ganas espectaculares de comer sushi no va a alterar mi visión sobre Miyama, lo prometo. En todo caso es un escándalo. Y hablando de las ganas incontrolables de comer sushi, reconozco que creo que estoy desarrollando una especie de addición a este tipo de comida, no sólo está deliciosa sino que además es de lo más sano, después de tomarla te sientes genial y en seguida tienes ganas de repetir.
Para empezar, os recomiendo encarecidamente el tartar de atún. Lo preparan muy blandito y lo mezclan con una salsa tipo mayonesa japonesa ligeramente picante y verduritas troceadas, está perfecto. Hay un camarero en este restaurante que se ve claramente que le encanta su trabajo y que ha probado todo, si tenéis la suerte de dar con él (fijo que le reconocéis, es nacional pero un auténtico freaky del sushi) dejaros aconsejar. A una amiga y a mí nos sugirió el tartar de atún y desde entonces, siempre que voy lo pido.
De hecho, si tuviera que hacer un ránking de los mejores tartares de atún, éste se llevaría el primer puesto por descontado. Y ya dejo de recrearme en el tartar (pero es que está tan bueno...).
Tienen muchísimas variedades de maki. Los más tradicionales los preparan a la perfección y además tienen unos que llaman "new style sushi" en los que el pescado/carne va por fuera y el arroz por dentro. También los podéis pedir flameados, si es que os gusta el maki flameado (yo no soy demasiado fan, lo reconozco). Por mi parte tiraría del maki más clásico o me arriesgaría con lo que os propongo a continuación.

En Miyama preparan un maki crujiente que es espectacular. Es tipo california pero lo recubre una capa crujiente y se puede pedir bien de salmón o bien de marisco (si mal no recuerdo, langostino). Muy muy muy bueno.
Además, y esto es distinto al resto de japos que conozco, tienen un postre alucinante: la tarta de manzana. Si os queda hueco, os recomiendo que no os vayáis sin probarla. Es totalmente distinta a las tartas de manzana clásicas y no tiene absolutamente nada que envidiarlas. Os dejo testimonio gráfico de la tarta que deboré hace poco en muy buena compañía.
Una muy buena amiga me descubrió este sitio y desde entonces he repetido varias veces y otras tantas que pienso repetir (por cierto, amiga, a ver cuando volvemos, ¿no?, que para algo nos pilla al lado del trabajo...).
Otro punto a favor de Miyama es que dentro hay japoneses comiendo. Y es algo que me alucina porque en no lo había visto en otros restaurantes japoneses que me parecen geniales. Así que, una humilde servidora os da su opinión positiva de este sitio y además os informa de que los que de verdad saben, también eligen comer en Miyama.
Como información práctica os diré que podéis reservar pero que si no lo hacéis probablemente consigáis mesa sin problemas (el restaurante es grande y atienden rápido).
También os dejo la web oficial para más información: http://www.restaurantemiyama.com/restaurantes.html
¿Os habéis quedado con ganas? Pues visitadlo y ¡buen provecho!